Pero cuando amanece
en la playa larga y solitaria,
cuando el mar comienza a acariciar
las dunas y las olas,
cuando las gaviotas y los peces
saludan jubilosos al amanecer de la mañana,
entonces, el mar, mi mar,
me habla de emociones contenidas
mientras mis pasos presurosos
interrumpen el cristal claro de
las aguas
en las orillas de la playa.
Entonces me hago de sueños
y dejo acunar los sentimientos
dormidos
en cada paso, en cada huella de aguas y de arenas.
Entonces mi canto es un canto de peces y gaviotas,
de barcos que faenan a lo lejos,
de bancos de sardinas y jureles que buscan su amor desesperado.
...y mis pasos que el agua borra
pero que guarda la arena dorada,
son versos de esperanza
que voy lanzando a los vientos,
al agua, a las olas, a las gaviotas...
a todo lo que añoro y lo que amo.
Poeta, luis E. PRIETO Playa de la Barrosa- Cádiz
Y tan cerquita que mojamos nuestros pies por el verano...
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